LA CONQUISTA DE NAVARRA
Entre 1510 Y 1511 el rey de Francia el
que logró los mayores éxitos militares. Además, convocó un concilio en la
localidad de Pisa con el fin de limitar la autoridad papal en la Iglesia y en
Italia. Como reacción, el Papa Julio II, impulsó la creación de una Santa Liga
contra Francia. Julio II, además excomulgó al rey de Francia y amenazó con el
anatema a todos aquellos que se aliaran con Luis XII.
A pesar del éxito que supuso para las
tropas francesas la victoria en la batalla de Rávena, la muerte de su general,
dio lugar a un progresivo deterioro de las posiciones francesas en la península
y la pérdida del ducado de Milán.
En en Pirineo Occidental, tropas
anglo-castellanas se aprestaban para invadir la Guyena francesa. Esta
circunstancia sirvió a Fernando el Católico para presionar a los reyes navarros
y exigirles el paso de sus tropas por su territorio.
En el interior del reino la situación
distaba de ser tranquila. En 1507 como reacción a las cada vez mayores
presiones de los reyes Juan y Catalina consiguieron doblegarlos y expulsarlos
del reino.
No obstante ni a Fernando el Católico ni
a Luis XII podía interesar un reino pirenaico fuerte. Luis XII, en enero de
1510, presionó a los reyes navarros con la amenaza de privarlos de los feudos
franceses de la casa de Foix y de entregarlos a otra rama de la familia
encabezada por Gastón de Foix. Por su parte, Fernando el Católico, deseaba
establecer un protectorado castellano sobre el reino, para frenar así la
amenaza francesa sobre Castilla.
Durante varios años Juan y Catalina
lograron sortear la presión de ambas potencias. Sin embargo, a la altura de
1511-1512, Luis XII supo jugar sus cartas: la muerte de Gastón de Foix en la
batalla de Rávena suponía que los bienes de la casa de Foix eran heredados por
Germana de Foix, esposa de Fernando el Católico, lo que el francés no estaba
dispuesto a permitir. Esta circunstancia sirvió para que el monarca francés se
atrajera definitivamente a Juan y Catalina: el 18 de julio de 1512 ambas partes
firmaban el tratado de Blois: Luis se comprometía a devolver a los navarros las
posesiones de la casa de Foix y les reconocía su soberanía en el Bearn; a
cambio, los navarros se comprometían a no edjar pasar por sus tierras a
aquellos ejércitos que pretendieran atacar al rey de Francia. Fernando
el Católico no desaprovechó su oportunidad.
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