jueves, 12 de mayo de 2016

La Batalla De Alcazarquivir (1578)

LA BATALLA DE ALCAZARQUIVIR

EL REY DE PORTUGAL MUERE EN LA BATALLA DE ALCAZARQUIVIR


La batalla de Alcazarquivir  Da comienzo el 4 de agosto de 1578,  Enfrenta a las fuerzas portuguesas y a las de los pretendientes al trono de Marruecos.

Esta  batalla es transcendental para el reino de Portugal y también quizás sea una de las más míticas de este país

COMO TRANSCURRIÓ LA BATALLA:

 El rey Don Sebastián Desembarcó en Arcila, donde descansó unos días, ordenó sus diecisiete mil soldados y se dirigió hacia Alcazarquivir, plaza en el camino de Fez.
El 4 de agosto de 1578 tuvo finalmente lugar, a orillas del río de la Podredumbre ,la batalla llamada de Alcazarquivir por los portugueses y de Wed al Makhazín por los marroquíes, denominada también Batalla de los Tres Reyes porque en ella murieron el rey de Portugal y los dos sultanes que disputaban el trono en Marruecos. Allí fue derrotado don Sebastián, muriendo no sólo él sino muchos de sus familiares, el gran poeta español Francisco de Aldana y lo más granado de la nobleza portuguesa. También murieron allí su aliado Muley al-Mutawakil y su adversario, el sultán Abd el-Malik.
Gracias a un renegado cordobés, Sulayman del Pozo, que ocultó la muerte de Abd el-Malik, no se difundió la noticia de la defunción del sultán hasta terminar la guerra, para no desmoralizar a las tropas; la muerte de tres reyes en un mismo en un mismo campo causó gran asombro en la época.


Una leyenda afirma que don Sebastián  dijo a sus tropas que ellos no serían quienes tendrían que luchar, sino la misma cruz contra la media luna; los soldados se fueron de Alcazarquivir y, al regresar, encontraron la batalla ya resuelta y ganada por sus adversarios  y al rey don Sebastián desaparecido.

CUALES FUERON LAS CONSECUENCIAS  DE LA BATALLA:

Cuando llegó la noticia de la derrota militar a Portugal, el pueblo entero se vistió de luto porque toda familia tenía algún miembro suyo en el ejército aniquilado. El cadáver del rey fue recuperado del campo de batalla y sepultado inicialmente en Alcazarquivir ; en diciembre de ese mismo año fue entregado a las autoridades portuguesas en Ceuta, donde permanecería hasta 1580, fecha en que sería trasladado al monasterio de los Jerónimos de Belém para su entierro definitivo . Los descendientes de los judíos expulsados de Portugal vieron en esta derrota un castigo divino contra la dinastía real portuguesa; según esta interpretación judía la extinción de su último descendiente acaeció en el mismo sitio donde se refugió la mayor parte de los judíos expulsados del reino portugués y, por eso, sus prisioneros fueron vendidos como esclavos precisamente en los lugares de residencia de los judíos de Fez.
La muerte motivó la creación de un mito alrededor del rey, el llamado Sebastianismo, alrededor de las profecías de un tal Bandarra, surgiendo en diversas épocas personajes que se hacían pasar por don Sebastián. Una de las más curiosas fue la protagonizada por un pastelero de Madrigal, que dio tema a la pieza dramática de José Zorrilla y a una novela histórica de Manuel Fernández y González.
La muerte de don Sebastián dejó al país portugués inmerso en un gran desconcierto, en bancarrota y con un vacío político que su sucesor, su tío el cardenal don Enrique, intentó llenar sin conseguirlo, con lo que aconteció la crisis dinástica que solucionó Felipe II al ocupar el país como nuevo rey de Portugal, creándose así nuevamente la unión de la  Monarquía Hispánica. Las tropas de esta unión fueron dirigidas por el III Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel.




IMPORTANCIA DE ESTE ACONTECIMIENTO:


La comunidad judía de Fez, Tetuán, Tánger y otras ciudades del norte de Marruecos conmemoró aquel día de salvación, el segundo día de rosh jodesh  de elul, designándolo día de purim  para ellos y sus descendientes, puesto que, según la tradición, cuando el ejército portugués llegó a las inmediaciones de Alcazarquivir, dos anusim que hacían parte del ejército portugués, se dirigieron en secreto a los judíos de la ciudad, y les revelaron que el rey cristiano, antes de embarcar para África, fue a una iglesia de Lisboa, e hizo el solemne juramento de que, si venciese la batalla, obligaría a todos los judíos de aquellas tierras a convertirse al cristianismo, o «pasaría a cuchillo a todo judío que no aceptara la conversión», tal como su bisabuelo,  Manuel I, había hecho con toda la población judía de Portugal.
Los judíos de Alcazarquivir entraron en pánico, pero los rabinos les pidieron que, tal como hiciera la Reina Ester en su tiempo, hicieran un día de ayuno y de oración, implorando a Dios que los salvase de aquella crueldad. Finalmente las tropas portuguesas fueron derrotadas y su joven rey, Sebastián, desapareció misteriosamente, en la batalla que quedó conocida en la historiografía como la "Batalla de los tres reyes", que allí perecieron.
Fue entonces, que los rabinos de Marruecos determinaron que, a partir de ese año, y para siempre, de generación en generación, aquellas comunidades harían, en el segundo día de Rosh Jodesh Elul, una fiesta de Purim, con mucha alegría, descanso de todo trabajo, y entrega de caridad para los pobres (Mishloaj manot la Evionim) para recordar las maravillas de Dios.

























No hay comentarios:

Publicar un comentario